Tras unas semanas en las que parecía que se veían los caballeros del apocalipsis, llegó ese mes de agosto en el que muchos letrados aprovechamos para descansar tras unos once meses de intensa actividad, sobretodo mental, a pesar de que algunos quieran negarlo y otros quieran quitarnos este mes.
Personalmente y tras esas semanas convulsas en las que ha habido una mezcla de todo, incluyendo la preparación de varios cimientos de nuevos proyectos que están pendientes de iniciar y otros ya están fase de ejecución, como la apertura de una oficina virtual o el rediseño de esta página.
Los tiempos cambian y nosotros debemos cambiar con ellos. Esta frase en su versión inglesa la mencioné hace cuestión de un año, también por estas fechas en un post que lejos de costarme escribirlo, me costó publicarlo y podéis leerlo aquí. En ese post hacía hincapié en que el mundo jurídico y asesor tenía que cambiar, de hecho, debemos cambiar y no sólo ese cambio debe consistir en además de tener un despacho, tener una página web, tener una cuenta LinkedIn o estar en las redes sociales (Twitter y Facebook, por excelencia). Siempre tenemos que ver algo más, y es que nuestra relación con nuestros clientes se basa y se debe basar sobretodo en la confianza que le podamos otorgar en las tareas que nos vienen encomendadas y sin eso por muchas redes que tengamos y por muchas bases de datos legales podamos estar, mejoraríamos el posicionamiento virtual, sí, pero quedará lejana la cercanía con el cliente, que es quien a fin de cuentas comparece al juicio en espera de ver si alguna vez realizaremos los juicios mediante videollamada o mediante Skype.
En el próximo curso experimentaremos definitivamente la obligatoriedad de las comunicaciones telemáticas con los juzgados en esa campaña de supresión del papel. Quien trabaja conmigo ya es consciente que desde el curso pasado ya inicié esa práctica de supresión al máximo del papel, es decir, el justo y necesario y esa tendencia, seguramente continuará y las nuevas formas de relacionarnos con la oficina judicial nos obligarán a tener esa tendencia, circunstancia que ya podemos ver con otras administraciones como la tributaria o la de la Seguridad Social. Profesionalmente he cogido los últimos coletazos de cuando antaño las empresas venían obligadas a presentar las altas de sus trabajadores y los documentos de cotización en soporte papel y ahora, toda esa carga ha recaído en los asesores y gestorías y a buen seguro que el nuevo sistema Cret@ les cargará más de trabajo y de responsabilidades que el que podrían llegarse a imaginar.
Mientras tanto, disfrutaremos de este mes de agosto con la amenaza del legislativo de publicar en el BOE más reformas legislativas, así que tocará dejar esas lecturas que solemos hacer durante esas cuatro semanas, para estar pendientes del BOE. En mi caso particular, tengo intención de revisar y analizar todas las últimas novedades legislativas publicadas, que no son pocas y que únicamente pude realizar una rápida lectura de las mismas: jurisdicción voluntaria, reforma del Codi Civil de Catalunya, reforma Código Penal, reformas de Seguridad Social, Inspección de Trabajo, Ley de Enjuiciamiento Civil… Parecen pocas, pero son muchas, ello sin contar las que aún están pendientes de publicarse.
Mes de casi borrón y cuenta nueva que será alternado con la inyección del derecho internacional en la que estoy inmerso, todo ello para condicionar un cierto descanso en la que a pesar de que hablemos de que no hay más piezas, seguiremos ideando las piezas que deberán ser probadas a partir del mes de septiembre.
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